Seis claves para el quinto partido entre Boca e Instituto
Boca forzó el quinto juego de la serie tras hacer los deberes y vencer en sus dos presentaciones en el estadio Luis Conde. Ahora deberá viajar a Alta Córdoba para poner en juego todo lo trabajado en el año y buscar el pase a la final. Aquí van seis puntos clave para el partido definitorio, a disputarse en el Ángel Sandrín el viernes a las 19 horas.
- La manera de Boca de sobrellevar las adversidades en los dos juegos ante un rival tremendo. Tanto en el primero como en el segundo punto ganados en la Bombonerita, el Xeneize pasó por momentos de zozobra a los que supo sobreponerse para sacar los partidos adelante. Seguramente la Bombonerita haya tenido mucho que ver con ello: es hora de que plantel y cuerpo técnico demuestren que lo pueden hacer en cancha ajena.
Foto: Prensa Boca.
- La buena efectividad y lectura de los mismatchs: el equipo de Duro continúa fino en el tiro externo, con los intérpretes variables, pero manteniéndose con buenos porcent Y cuando el triple no es la mejor herramienta, sabe forzar o aprovechar los desemparejamientos ofensivos en la pintura (especialmente con Mainoldi, Mata y Barber) para castigar al rival.
Foto: Prensa Boca.
- El balance en el plantel: el conjunto Xeneize tuvo la suerte de tener apariciones rutilantes de sus jugadores en momentos clave, pero los intérpretes no siempre fueron los mismos. Boca ha tenido en esta temporada a Coco Mainoldi como su jugador más regular y uno de los más destacados en Playoffs. Franco Balbi y Leo Schattmann fueron elegidos los mejores en su puesto según la prensa especializada por su maravilloso cierre de temporada regular. Mata es siempre una garantía en nuestra Liga Nacional. No corrieron la misma suerte el resto de los jugadores de la rotación: principalmente había sido mala la temporada de Raven Barber, lejos de lo esperable para un jugador titular de un equipo contendiente. Dar Tucker había venido como la figura más destacada del plantel y nunca estuvo a la altura de sus mejores épocas. Traylor llegó como reemplazo de Ogide y pese a tener una energía y una garra digna del paladar bostero, nunca logró afianzarse como alternativa para el entrenador, que pocas veces lo puso en cancha más de 15 minutos. Sin embargo, los Playoffs demostraron que Barber podía dar más, que Traylor tuvo su partido de gloria ante Peñarol y es un jugador de gran utilidad, que Schattmann, Balbi o Mata pueden flaquear cada tanto, pero el talento de Tucker puede resurgir de pronto como si nunca se hubiera ido. Ese balance entre jugadores que levantan el nivel en el momento justo es la famosa jerarquía del plantel de Boca, que puede parecer algo corto, pero que si encuentra a varios de sus protagonistas en una buena noche, se vuelve muy difícil de detener.
Foto: Prensa Boca.
- Las dificultades en el traslado y en la regulación del cansancio: Instituto es un equipo que provoca pérdidas constantemente presionando altísimo y con dureza a Boca en la salida. Franco Balbi logró traspasar esa telaraña defensiva de La Gloria durante casi tres cuartos enteros del último juego sin demasiados inconvenientes, pero cuando parecía que eso dejaba de ser un problema, Instituto elevó aún más la presión y las pérdidas se amontonaron una tras otra. Para colmo de males, el conjunto de Victoriano también comenzó a cargar el rebote ofensivo sobre el final, con muy buenos resultados. Como un ataque de pirañas, Boca se vio muy complicado por esa intensidad propuesta por Instituto y deberá trabajar en la manera de evitar estos inconvenientes.
Foto: Leandro Gómez / Prensa Instituto.
- La performance de Leo Schattmann: el escolta de Boca comenzó los Playoffs con el premio a Mejor Escolta de la Liga, completamente merecido tras el sprint final de Boca, que lo tuvo como goleador permanente y con una efectividad desde el perímetro impresionante. Sin embargo, al iniciar la fase final de la temporada, los rivales comenzaron a ponerle un énfasis especial a su marca. La tarea del escolta se vio desde los partidos de eliminación directa muy complicada por las marcas pegajosas, escalonadas y hasta triplicadas de los rivales, que le negaron primero el tiro, luego la penetración y por momentos hasta el dribleo. Schattmann trató de reinventarse dentro de lo que pudo, pero no logró hacer el mismo daño que en la última parte de la fase regular. Ante Instituto, el problema es aún peor: no solo es La Gloria el equipo que mejor entendió como incomodarlo en ataque (la velocidad y astucia de Chiarini lo molesta, pero en cuanto recibe, aparece el atrape junto a la línea que lo pone en una situación de riesgo permanente), sino que en defensa también está teniendo muchos inconvenientes. En esta serie, Schattmann lanzó tan solo 9/31 de cancha, con un 30,75% en triples lo que implica no solo bajos porcentajes, sino también pocos lanzamientos (comparado con un jugador que no tiene un rol de anotador como Marcos Mata, tomó un tiro menos en la serie y con una eficacia mucho menor).
Foto: Leandro Gómez / Prensa Instituto.
- El peso de la localía: el conjunto Xeneize jugó tres veces en el año en el Sandrín y las tres veces se fue derrotado. En un quinto juego de Playoffs para buscar el pase a la final, el estadio de Instituto será un hervidero y los árbitros designados deberán estar a la altura de las circunstancias para dirigir con justicia y ecuanimidad. En el cuarto juego, Gallizi y Victoriano discutieron cada decisión del referato hasta terminar ambos expulsados. Esa situación que puede parecer positiva, podría en realidad tener un efecto rebote: se apoyarán en que fueron perjudicados y requerirán que los árbitros cumplan mejor con su tarea la próxima vez, todo bajo la celosa mirada de la parcialidad local en tierras cordobesas.
Foto: Leandro Gómez / Prensa Instituto.
Instituto vs. Boca, Boca vs. Instituto. Esperemos que el duelo basquetbolístico esté a la altura de los partidos de la serie y que el quinto juego no sea la excepción. Que gane el mejor.
Excelente análisis