Liga Nacional

CUANDO KEVIN ESTUVO AQUÍ…

Hoy se confirmó la contratación del pivot Kevin Hernández para la próxima temporada, sexta ficha mayor del equipo de Gonzalo García. El jugador, vigente campeón de la Liga Nacional con San Lorenzo, ya tuvo un gran paso por el conjunto de La Ribera en la temporada 15/16.

Aquella liga, Boca arrancó con un equipo con ciertas aspiraciones, pero al asumir Daniel Angelici su segunda presidencia en el club, se encargó personalmente de revisar las cuentas en busca de achicar gastos que consideraba innecesarios. Como de costumbre, los sectores más desprotegidos fueron los que ligaron los tijeretazos. En este caso, uno de los principales afectados fue el básquet profesional, que venía de sufrir desmanejos importantes tras la gestión de Jorge Paredi en la disciplina. Como consecuencia, el presidente decidió cortar los contratos en dólares vigentes desde el inicio de la temporada: Rashaun Freeman (pivot estadounidense, figura y goleador) y Manny Atkins (otro escolta extranjero) dejaron de jugar.

Rashaun Freeman. Gentileza LNB.com.ar

Manny Atkins. Gentileza LNB.com.ar

Boca quedó entonces con un equipo de puros nacionales que hoy causaría un poco de envidia, pero hace seis años la liga tenía otro nivel y algunos jugadores no contaban con tanta experiencia. Tras los inesperados cortes en el plantel, a Adrián Capelli le quedaron Jonatan Treise y Nicolás Ferreyra para la base, el tirador “Pitu” Rivero, Adrián Boccia como líder y figura y un protagonista Lucas Gargallo como su rueda de auxilio, Fabián Ramírez Barrios -el corazón del equipo-, Axel Weigand como relevo y Kevin Hernández, además de los juveniles.

En enero, tras el mal inicio del equipo, la dirigencia recapacitó e intentó fortalecer el plantel. Llegó el estadounidense Jordan Collins para reforzar la pintura. Quizás lo recuerden por la extraña forma de tirar libres, desde un rincón de la línea, y porque corría con muchísima dificultad. Su paso por el club fue flojísimo. Tras 24 partidos (5,8 puntos de promedio) fue despedido dos meses más tarde. Si bien provenía de una liga asiática sin demasiado renombre, Collins había tenido una carrera decente, pero estaba en muy malas condiciones físicas.

Tras el corte, la dirigencia confió en un joven jugador de la selección mexicana –Israel Gutiérrez, de apenas 23 años- para ocupar su lugar en la pintura y tratar de recuperar el rumbo del equipo. La nueva adquisición no era una gran presencia en la pintura, pese a su enorme talla (2,08 metros), le costaba mucho anotar, pero al menos logró mejorar los números de su antecesor en cuanto a los rebotes (promedió 7 por partido).

Israel Gutiérrez. Gentileza LNB.com.ar

El mexicano solo disputó los últimos ocho partidos, pero los rendimientos de ambas incorporaciones terminaron agigantando la figura de Kevin Hernández, el pivot que originalmente iba a ser suplente de Freeman y terminó siendo uno de los mejores de un equipo que, aunque tuvo malos resultados, conectaba con su hinchada a fuerza de temple y corazón. Hernández finalizó aquella temporada con promedios de 11,3 puntos, 6,3 rebotes y 14,3 de valoración en casi 24 minutos de juego y con muy buena efectividad en tiros de campo y libres (60,3 y 78,9). Además, fue el segundo goleador en números totales detrás de Adrián Boccia, con 620 puntos en la temporada.

Boca llegó al último juego con chances claras de tener que jugar el partido definitorio por la permanencia que disputaban los últimos de cada zona. Debía ganarle al San Lorenzo de Walter Herrmann, Lucas Faggiano, Marcos Mata y Mathew Bryan-Ammaning para zafar.

Con La Bombonerita explotada, que no paró nunca de alentar, se llevó puesto al que luego sería campeón, doblegándolo por 90 a 82. Boccia con 24, Gargallo con 19 y Kevin con 17 fueron los mejores de la noche. Muchos hinchas se quedaron en la cancha festejando no tener que pasar por una serie de descenso un rato largo y varios jugadores tuvieron la delicadeza de devolver el cariño. La imagen de Kevin Hernández abrazado a un puñado de hinchas fue una de las postales más felices de la noche.