Cargando...

Liga Nacional | Radio

Panorama del básquet de cara a las elecciones

A días de las elecciones, en Triple Xeneize intentaremos plantear el estado de situación de los diferentes candidatos en relación al básquet del club. ¡Escuchá las entrevistas con los represantes de cada lista!

Los candidatos centraron su campaña en asuntos más convocantes que el básquet, poniendo el acento primordialmente en el fútbol, la Bombonera y hasta la política nacional por sobre otras disciplinas o intereses del hincha.

  • Christian Gribaudo – Juan Carlos Crespi | “La Mitad + Vos”

El oficialismo, con Daniel Angelici a la cabeza, estuvo administrando el básquet de Boca Juniors durante los últimos ocho años. Durante la primera etapa, el director del departamento fue Jorge Paredi, en ese entonces intendente de Mar Chiquita, que buscó impulsar su carrera política en el club desde el Conde. Su gestión, aunque rimbombante, no trae gratos recuerdos: algunos jugadores de peso, inyección de presupuesto de dudosa procedencia, un puñado ideas de índole marketinera (porristas, sorteos) y algunos partidos jugados la localidad balnearia que administraba dieron como resultado un montón de incomodidades y ningún título. El envión inicial de Paredi –que ante el inminente cierre de la disciplina propuesto en la gestión anterior a él, se llegó a considerar con algo de esperanza- se fue diluyendo y con él las posibilidades de que el básquet mejore. Se dieron nuevamente fracasos deportivos y el fantasma de la desaparición de la disciplina profesional volvió a instalarse, a medida que el equipo se hundía en la tabla de posiciones. El intendente se fue desvaneciendo de a poco hasta dejar su cargo y la política del club en 2015.

Con Daniel Angelici reelecto como presidente de la institución, en enero de 2016 se conformó el Consejo de Básquet, Fútbol Juvenil y Otros Deportes, con Orlando Salvestrini a la cabeza. Edgardo Alifraco, un dirigente proveniente del riñón del fútbol, fue designado como responsable del área de baloncesto –cargo que ocupa hasta hoy– tras una breve gestión de Sergio Brignardello, encargado original del departamento.

Durante su administración, el hincha del básquet xeneize tuvo que soportar pelear dos veces por la permanencia: la primera vez se salvó en la última fecha, gracias a una victoria inesperada del conjunto de Adrián Capelli ante San Lorenzo, que luego saldría campeón; la segunda, al año siguiente en la temporada 2016/2017, no pudo evitar el playout y debió batir a Echagüe de Paraná para asegurarse la categoría en un quinto juego. Luego de una temporada para el olvido, el equipo comandado por Ronaldo Córdoba –entrenador con larguísima trayectoria en inferiores del club– recibió algunos refuerzos de calidad para intentar dar el volantazo a tiempo, pero las llegadas de Gary Forbes primero, Carlos Delfino y Will McDonald sobre el final, si bien ayudaron a cumplir el objetivo de no descender, no pudieron impedir un partido definitorio para dirimir el descendido.

Para la tercera temporada, se contrató a un entrenador con historia en Boca: el Lobito Fernández, que hacía sus primeras armas en la Liga Nacional, armó un equipo con aspiraciones un poco más dignas que los planteles anteriores. La continuidad de Fotios Lampropoulos, el regreso de Boccia, las incorporaciones de Matthew Bryan-Amanning y Eduardo Gamboa daban pie a alguna esperanza de mejoría. Pero el comienzo de temporada fue irregular y comenzaron a haber muchos cambios en el plantel. Tras un pésimo registro y cuatro derrotas consecutivas promediando el certamen, Fernández dejó su cargo y fue reemplazado por Guillermo Narvarte, actual entrenador del equipo xeneize. Con él siguió el desfile de fichas extranjeras, pero al menos hubo dos que se consiguieron mantenerse en el plantel hasta el final: los internos Kevin Pinkney y Paul Harrison. A partir de la llegada del último y la levantada del rendimiento general, Boca reforzó un lugar de la cancha en donde no tenía demasiado peso y comenzó a mejorar su performance. Clasificó a playoffs (16 de 20 equipos pasaban a la ronda definitoria en ese torneo) y le jugó de igual a igual a San Martín de Corrientes en una serie plagada de fallos arbitrales polémicos. Boca estuvo a segundos de dejar afuera en el cuarto partido al equipo que luego saldría subcampeón, pero terminó cayendo 3-2 en esa serie de octavos de final.

Narvarte mantuvo su cargo para la siguiente temporada y armó un equipo más cercano a lo que él buscaba. Llegaron muchos de los jugadores que hoy continúan en el plantel, pero también abandonaron la institución algunos otros que habían mostrado gran nivel –en especial Lampropoulos y Mariano Fierro– y otros con mucho potencial como Agustín Caffaro, que terminó jugando en la Selección Nacional. Sin embargo, la contratación de Eric Flor y del cubano Jasiel Rivero, además del base Alejandro Konzstadt, el interno Matías Sandes y una vez más la continuidad de Adrián Boccia y Lucas Gargallo, pintaban un panorama esperanzador. La temporada fue de menor a mayor: surgieron problemas inesperados, lesiones, hubo también jugadores por debajo de su rendimiento y algunos refuerzos fueron difíciles de explicar –como la llegada de Alex Galindo, un jugador de aporte nulo, que se mantuvo en el equipo durante varios meses–. Sobre el final de la temporada, el equipo volvió a vitalizarse para llegar de la mejor manera a playoffs y dejar afuera a Estudiantes de Concordia en primera fase. Luego llegó San Lorenzo, el multicampéon, que no tenía a su equipo completo por algunas lesiones. Se luchó hasta obligar a un quinto partido, pero una vez más Boca quedó eliminado.

Para la siguiente temporada, la actual, se consiguió la continuidad del 80% del plantel y cuerpo técnico, y pese a las salidas de Rivero y Roquez Johnson, llegaron dos refuerzos de experiencia como Federico Aguerre y Martín Leiva. Aún se espera que Boca tome la determinación de buscar un interno extranjero de categoría para estar realmente capacitado de pelear el torneo de principio a fin y con seriedad.

Fuera de lo deportivo, la administración de Alifraco no se logró alejar del todo de los viejos peligros de cierre: en sus primeros dos años –que coincidieron con la peor etapa dentro de la cancha–, los hinchas se hicieron escuchar tras las estruendosas declaraciones del presidente del club. “El básquet debería ser amateur”, dijo Angelici. La Bombonerita apareció, una vez más, como durante la gestión de Ameal, plagada de carteles, banderas y consignas en defensa del deporte profesional, los hinchas tuvieron que ponerse otra vez la lucha al hombro para pelear por su deporte y por su club, cada vez menos social, cada vez menos profesional y que ya venía de soportar la degradación del vóley masculino. “El básquet no se toca” fue grito de guerra y tendencia en las redes y tras las contrataciones de peso de aquellos partidos por la permanencia y la posterior victoria, las aguas se fueron calmando gradualmente.

Desde el punto de vista de la infraestructura, Boca sigue siendo un ejemplo y una garantía para los jugadores por su cuerpo médico y su predio de entrenamiento, pero la Bombonerita parece haber quedado olvidada. El estadio Luis Conde tiene ya más de 20 años y casi no ha sufrido modificaciones a lo largo de este tiempo. Desde el calor agobiante en verano, los problemas de humedad que han puesto en peligro partidos de Liga Nacional, pasando por la mala apariencia del parquet, los baños pequeños o la limitada oferta gastronómica, no hay nada en la Bombonerita que invite al hincha a acercarse, sino todo lo contrario.

Muy poco se trabaja desde el punto de vista de la difusión y la comunicación en el departamento, aunque sí se sostiene la política de regalar entradas por las redes sociales y se suele invitar equipos enteros de niños de otros clubes para que tengan la oportunidad de ver un partido de la Liga Nacional y evitar huecos mayores en las gradas. Pero sin una política comunicacional clara de parte del departamento y sin que los medios oficiales del club le den importancia real a la disciplina, la convocatoria a la cancha y el crecimiento del deporte queda a merced de lo que puedan hacer los medios partidarios o las cuentas de fanáticos.

En cuanto al básquet juvenil, no parece que el trabajo de las divisiones menores esté generando demasiados frutos. Boca tiene hoy en un plantel lleno de experimentadas figuras que nutrieron a la liga durante años y hoy regresan a su primer hogar, pero después de esa enorme camada de jugadores (Boccia, Leiva, Sandes, Aguerre) hubo un bache bastante profundo que continúa hasta hoy. Exceptuando a Lucas Gargallo, que va camino a ser el jugador con más presencias con la casaca xeneize si sigue vistiéndola un par de temporadas más, muy pocos jugadores salidos de la cantera boquense en los años posteriores a los mencionados lograron sostenerse en la categoría principal del baloncesto nacional.

Por último, una pata que probablemente sea la madre de todos los males: el presupuesto. Durante la gestión angelicista, los dirigentes se llenaron la boca hablando de un extraordinario superávit en las arcas de la institución. Más allá de cómo se haya llegado a ese balance favorable, ¿cuál es el sentido de conseguirlo si no se va a reinvertir en mejoras? Menos del 3% del presupuesto del club es destinado al básquet profesional de un club millonario. Se cae de maduro que con la simple decisión de destinar más dinero a la disciplina, sin despilfarro, con un proyecto a largo plazo detrás, se podrían lograr cosas mucho mejores en todos los rubros del deporte.

Alifraco no confirmó si se ocupará del básquet en caso de que el oficialismo continúe al frente del club.

  • José Beraldi – Royco Ferrari | “Boca Primero”

El empresario José Beraldi se postula por segunda vez en busca de la presidencia del club de la Ribera, esta vez junto a Rodolfo Ferrari, hasta no hace mucho, vicepresidente de la actual gestión angelicista. Boca Primero tuvo una campaña muy segmentada y una comunicación clara de sus proyectos en las redes, pero no tan consistente en los medios tradicionales, en donde el candidato principal tuvo demasiados traspiés y algunos exabruptos que deben haber sorprendido a más de un hincha. Tal como lo hizo en la elección pasada, sumó a sus filas a Leonardo Minervini, un antiguo dirigente del club que fue parte de la época dorada del básquet xeneize.

Desde el primer momento, Minervini se acercó a Triple Xeneize para dar a conocer sus ideas, dejando en claro que este deporte era una parte vital de la campaña. La sola presencia de un dirigente de importancia en la esfera del básquet demuestra que Beraldi eligió explotar un sector de la campaña inexplorado por los otros candidatos.

Desde sus redes sociales, el equipo de Boca Primero lanzó una serie de propuestas para todos los puntos de interés del hincha, entre ellos, el básquet. Los cinco puntos esenciales impulsados por su lista son:

  1. 1) La creación de un departamento de comunicación para difundir la actividad.
  2. 2) Volver a ganar peso en la asociación de clubes
  3. 3) Remodelar la Bombonerita,
  4. 4) Apoyo presupuestario acorde para pelear la liga
  5. 5) Garantizar que el básquet profesional no desaparezca.

 

Entrevistado por Triple Xeneize en UCU Web, Minervini reforzó estos puntos e hizo hincapié en la reforma de la Bombonerita y señaló que “la cancha está abandonada, el piso da lástima: hay cosas para hacer y se pueden hacer por poco dinero. Es parte de la desidia que hay con respecto al básquet en la actualidad”.

Sobre el presupuesto dedicado a la disciplina, sostuvo que “se trata de una decisión política, hay que tener una buena relación con la comisión directiva para poder imponer una partida acorde a un club como Boca Juniors, hay que imponer un proyecto que no es inmediato, sino que lleva dos o tres años”.

Simples promesas de campaña, quizás palabras que se lleve el viento, pero la única lista que presentó algo parecido a un plan de acción para esta actividad.

Más allá de la experiencia de Minervini y su elección como cara visible del básquet, la campaña de Beraldi tiene problemas más grandes. Permanentemente acusados de ser “oficialismo disfrazado” por haber sido la tercera fuerza –que en teoría le quitó votos a la oposición conformada por Jorge Amor Ameal– en las elecciones de 2015, Beraldi intentó quitarse ese mote durante toda la campaña y reforzar la idea de que él representa a una verdadera oposición. Tras la designación de Royco Ferrari –hasta hace muy poco tiempo vicepresidente de Angelici– como su candidato a vice, el discurso de oposición se vio aún más cuesta arriba y se pasó buena parte del tiempo de campaña intentando despegarse del angelicismo.

Y aunque parezca historia antigua, hasta hace menos de 20 días, la posibilidad de unidad con Ameal era concreta. Desde hace largo rato, muchos hinchas veían la unidad de la oposición como única manera de que el oficialismo no ganara las elecciones, pero los candidatos insistían en rechazarla cada vez que podían. Recién sobre el final de la campaña la posibilidad se reflotó, pero todo terminó explotando cuando Juan Román Riquelme decidió apoyar la lista de Ameal.

Antes y después de eso, Beraldi mostró en los medios una opinión muy combativa y hasta destructiva, como cuando criticó a Gustavo Alfaro después del Superclásico de la Superliga, previo a los partidos de Copa Libertadores. Tras la decisión de Román, su postura se radicalizó y empezó también a atacar al gran ídolo de los bosteros. Si Beraldi tenía pocas chances antes de esa jugada del 10, sus posibilidades hoy por hoy de gestionar el club parecen muy pequeñas…

  • Jorge Amor Ameal – Mario Pergolini – Juan Román Riquelme | “Identidad Xeneize”

Desde el comienzo de la campaña y luego de los fracasos futbolísticos de Boca en las últimas Copas Libertadores, la candidatura de Ameal se vigorizó. El hincha, desgastado después de ocho años de Angelici y tras duras derrotas ante River, empezó a ver cada vez con más interés un cambio de timón. La llegada de Riquelme parece ser el as bajo la manga que podría darles la victoria en los comicios.

El problema para el hincha opositor asiduo a la Bombonerita es que cuesta saber cuál será el panorama del básquet si se da una victoria de Ameal el domingo.

La campaña de Identidad Xeneize se centró casi sin excepciones en el fútbol. La aparición de Román revolucionó todo, pero cuesta imaginarlo fuera de su hábitat natural, la número cinco. Toda mención al básquet de cara a la elección estuvo enmarcada en el rubro genérico “otros deportes”. Y como si esto fuera poco, fue durante el gobierno de Jorge Amor Ameal que la naranja xeneize estuvo más cerca de desaparecer.

El desfinanciamiento extremo (presupuesto cero destinado a la disciplina), los cambios de localía a lugares insólitos (Chaco, tras un acuerdo con la aerolínea Aerochaco, de Jorge Capitanich, pero también algunos partidos disputados en la localidad de Zárate), las permanentes declaraciones de Alejandro Vaccaro –responsable del departamento en aquel entonces– que sostenían que el básquet era deficitario y no podía sustentarse, y hasta el pedido explícito a los hinchas de que buscaran sponsors para el financiamiento fueron a las claras el momento más oscuro del básquet profesional del club. Cambiar el nombre a Aerochaco Boca Juniors tampoco parece conjugar con la idea de recuperar la identidad que propone Ameal.

 

Arturo Martínez, que fue parte del equipo de trabajo de Ameal en aquel mandato junto a Vaccaro, Carlos Aguas y Mario Lerner, habló en Triple Xeneize el último lunes en representación de la lista de asambleístas de Identidad Xeneize. Destacó que su candidato “aprendió de los errores del pasado” y ahora “ama el básquet”, además de criticar duramente a la gestión actual.

Martínez, puesto 49 en la lista de la asamblea de representantes dice haberse metido nuevamente en la política del club para trabajar en el baloncesto xeneize, pero no pudo asegurar quién será el responsable de la actividad en caso de ganar. Lo que sí destaco fue la posibilidad de que Mario Pergolini esté ligado a la disciplina: “Puede ser una gran sorpresa, está muy interesado y creo que tiene mucho para aportar”.

El otro nombre fuerte de la lista es José Luis Palazzo, actualmente vocal de la mesa directiva de la asamblea de representantes y nuevamente candidato, pero en el primer lugar de la nómina. Sin embargo, a horas de las elecciones, no hubo confirmaciones con respecto a quiénes puedan ser los que se hagan cargo de la disciplina. El hermetismo de la campaña es tal que va más allá de los nombres: el básquet pareciera estar adrede en un segundo plano hasta después de los comicios.

Palazzo, habitué de la Bombonerita, voz siempre crítica de la gestión de Alifraco y fuente de consulta permanente en varios medios partidarios, debería ser la garantía para el votante de Ameal de que lo que pasó en su anterior gestión no volverá a suceder, dada su larga trayectoria acompañando la disciplina y desde una postura diametralmente opuesta a la de la actual dirigencia. Sin embargo, el marcado silencio de los involucrados y la poca importancia que se le dio a la actividad en la campaña de Identidad Xeneize dejan un manto de duda sobre el futuro del básquet azul y oro si llegaran a ganar.

¿Será el momento en que nuevas autoridades le den la básquet azul y oro el lugar que merece?

Excelente análisis

Itís nearly impossible to find educated people in this particular subject, however, you seem like you know what youíre talking about! Thanks

Boca Boca Booooca

Invitamos a que dejen su comentario por este tópico. Por supuesto, debe primar el respeto.

Seguinos en Instagram
Instagram
[instagram-feed]