Boca en La Liga: resumen de noviembre

Un análisis partido a partido de lo que fue el arranque de liga para el Xeneize.

Por Juan Pablo Ferré – @JuanPFerre

Foto: Belén Yañez (@belufotodep)

Finalmente ha comenzado la Liga Nacional de Básquet después de un nuevo Súper 20 cuyas finales aún no se disputan. Boca Juniors no mostró su mejor cara en ese tan vilipendiado torneo previo y terminó con una bochornosa descalificación ante San Lorenzo por un partido suspendido que le dio los puntos al conjunto de Boedo por problemas de funcionamiento en los relojes del estadio Luis Conde. Hasta allí, Boca había cosechado algunos partidos destacables –en especial la victoria ante el Cuervo en el primero de los dos juegos del grupo– y algunas derrotas dolorosas, como la caída frente al combinado semiprofesional de Bahía Basket y el abultado revés en Mar del Plata frente a un Peñarol que recién comenzaba a armarse.

Luego de una breve pretemporada tras quedarse afuera de playoffs, Boca inició su curso en esta nueva Liga Nacional como visitante frente a Obras, un equipo batallador, lleno de promesas, pero que no termina de decidirse si está para cosas grandes o se queda en el molde. Fue una victoria de principio a fin para el azul y oro, que dominó las acciones desde el comienzo y, pese a algunos baches, jamás estuvo abajo en el marcador. Con una defensa bien cerrada en la pintura, con Martín Leiva como protector del aro y el Tachero muy errático desde media y larga distancia, las cosas se le hicieron fáciles al Xeneize, que aunque no sacó una diferencia definitoria en el transcurso del partido, hizo lo necesario para llevarse el encuentro sobre el final.

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Luego llegó el viaje a Comodoro para enfrentar a Gimnasia, probablemente uno de los candidatos al título, aunque esto recién empieza. Los de Villagrán tienen la misma ventaja que Boca: la continuidad del cuerpo técnico y gran parte de su plantel de la temporada pasada. A una base nacional muy sólida, le suman un extranjero de buen nivel, algo que a Boca le falta. Ese poderío de los patagónicos se vio neutralizado por una defensa estupenda del conjunto de Narvarte en el primer cuarto, que con notable intensidad en la presión doblegó a su rival para dejarlo desorientado y con un bajísimo goleo. Luego el partido cambió de la mano de Sebastián Vega y el buen trabajo de los internos de Gimnasia, y Boca fue incapaz de sostener su buena defensa del inicio y solo supo reaccionar con jugadas individuales de Eric Flor. El escolta tuvo un partido monstruoso, pero sin otras armas en ofensiva y sin combinaciones en ataque, Boca terminó cayendo en un tiempo suplementario sin paridad.

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Otra prueba complicada fue el debut en la Bombonerita frente a Comunicaciones, que seguramente también pelee los puestos de vanguardia con su larga plantilla que mezcla experiencia nacional, foránea y talento juvenil. En un partido algo caótico y teñido por el extraño ambiente en las tribunas –el grueso de la hinchada Xeneize efectuó una especie de protesta que consistió en sentarse y mantenerse en silencio durante gran parte del juego, debido a que algunos miembros habían recibido amenazas por parte de sectores supuestamente ligados al oficialismo– Boca se llevó la primera mitad por ocho puntos tras un comienzo dubitativo, gracias a una buena aparición de la segunda unidad, comandada por Gargallo y Sansimoni. Sin embargo, en medio del silencio sepulcral de la Bombonerita por esta afición contenida, el segundo tiempo fue dominado por los de Mercedes de principio a fin, también con un gran protagonismo de su quinteto suplente, con grandes tareas de Matías Bortolín y Kyle Davis. Boca no defendió como suele hacerlo y Comunicaciones movió bien el balón para encontrar espacios y puntos sencillos y así llevarse un partido mal jugado, desprolijo y manchado por el ambiente enrarecido.

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Solo tres días después se vino la prueba ante Atenas, nuevamente en el Conde. El equipo cordobés llegó diezmado ya que en los últimos días realizó algunos cambios en el plantel y no pudo tramitar los reemplazos a tiempo, además de que Leonardo Lema, una de sus jóvenes figuras, se perderá buena parte de la temporada por una cirugía. En un partido sin equivalencias y altísimo goleo, Boca sacó ventaja temprano y supo sostenerla gracias a la estrategia defensiva de cerrar la pintura y no prestar demasiada atención al tiro externo del rival. Con una noche pésima de los tripleros griegos y muy pocas armas para penetrar en la zona pintada, el trámite del partido se fue haciendo cada vez más sencillo para el Xeneize que tuvo como figuras en ofensiva a Federico Aguerre (muy certero de larga distancia), Lucas Gargallo (con confianza para tomar tiros) y Eric Flor, además del siempre valioso aporte de Matías Sandes, que pese a casi no tomar tiros hasta avanzado el partido y a algunas pérdidas muy inusuales en él, terminó muy cerca del triple doble. Fue una abultada victoria para Boca ante un equipo de Atenas que disputó el partido con mucha presencia de juveniles y por momentos pareció ni siquiera esforzarse.

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El último partido del mes fue ante Peñarol de Mar del Plata, un equipo que nos había destruido durante el Súper 20 (aunque esta vez con algunos cambios de extranjeros). Una de sus figuras, el pivot Devin Thomas, con pasado en la Liga Endesa, se encontró cargado de faltas desde el comienzo y parecía que eso facilitaba el camino para Boca, pero su base puertorriqueño, Gabriel Belardo, se hizo un festín desde el tiro de media distancia para mantenerse en partido ante la buena puntería de Boca en ofensiva. Tabarez fue una amenaza con el tiro externo, pero Boca logró llevarse la primera mitad con una buena tarea colectiva y puntos repartidos entre los que se destacó Gargallo. Una vez más, un tercer cuarto con dudas favoreció a Peñarol, que lastimó con Belardo, Vaulet y el regreso a la cancha de Thomas. Boca se separó en el marcador en reiteradas ocasiones, pero nunca pudo terminar de definir el encuentro, en parte debido a un arbitraje que inclinó la balanza para los marplatenses en momentos clave del juego. Eric Flor sentenció el juego con un triple casi sobre la bocina, en la última posesión de Boca, tras un destacado segundo tiempo de juego para darle a Boca la tercera victoria en la Liga Nacional de Básquet.

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• Eric Flor: no solamente es el goleador de Boca, sino que es el goleador de la LNB con partidos muy destacados como la espectacular noche en el Socios Fundadores en donde llevó a su equipo a tiempo suplementario con una planilla de 33 puntos y 11/13 de cancha. Se lo nota confiado, rápido, enchufadísimo y con mucha seguridad para atacar el aro.
• Federico Aguerre: tras una pretemporada complicada por la intervención en su tobillo, el alero alto nacido en Boca parece estar reencontrándose con su mejor nivel. Muy certero desde el triple a pie firme en estos primeros cuatro partidos y con actuaciones muy destacadas ante Obras y Atenas, el Mudo parece querer transformarse en una opción segura de goleo para el Xeneize.

• Lucas Gargallo: el joven alero tiene todo para convertirse en una leyenda en Boca Juniors. Tras varias temporadas como juvenil y U23, esta es su primera vez como ficha mayor y deberá demostrar que es algo más que un buen defensor. Durante la lesión de Boccia, retomó un protagonismo ofensivo que prácticamente no se le veía desde la época de Ronaldo Córdoba como entrenador. Así es como lo necesitamos durante toda la temporada.
• Bruno Sansimoni: a pesar de que se trata de un jugador menor de 23 años, en esta segunda temporada en Boca Chule empieza a demostrar un leve crecimiento. Más seguro para el traslado del balón, firme en los lanzamientos externos, voluntarioso para la defensa, estamos viendo una versión algo más asentada del base suplente, que ha llegado a disputarle minutos a Alejandro Konsztadt.

• Adrián Boccia: el Pájaro es una de las figuras del equipo de Narvarte, pero comenzó la temporada con partidos discretos que lo alejan de la versión que le conocemos. Una distensión lo mantuvo tres partidos fuera de las canchas. Boca lo necesita.
• Alejandro Konzstadt: el base y capitán sigue con muchas dificultades para anotar y eso suele resentir mucho al equipo de Narvarte. Su producción en el partido contra Gimnasia fue tan baja que Guillermo Narvarte tomo la inusual decisión de darle minutos importantes a un jugador mucho más joven como Chule Sansimoni. No debe ser el goleador del equipo, nunca lo fue y difícilmente lo sea alguna vez, pero el 5 necesita recuperar la confianza para que sus lanzamientos sean una opción más disponible y no el último recurso.